miércoles, 15 de diciembre de 2010

"Srinivasa Ramanujan, nacido en 1887, joya desconocida en la historia que fue capaz, desde su aldea en India, de rederivar toda la matematica occidental en una corta existencia. 4000 teoremas fundamentales, algunos usados hoy en teoria de cuerdas. Mi mayor reconocimiento para este genio desconocido. Todo mi odio por permitir a los genios morir de hambre..." (Han sido varios los amigos que han criticado este comentario por lo elitista. Bien, intentaré "excusarme" siguiendo a Schopenhauer: "Ni cien tontos reunidos valen lo que un hombre inteligente". Desde mi punto de vista (quizá errado) existen empresas mas elevadas que otras, y huelga decir que (al menos para mí) la vida dedicada al conocimiento es digna de admiración. Pocos genios han jalonado el sinsentido histórico de la humanidad como faros en la negrura, y su mera rareza los hace valiosos como diamantes. El epicentro del comentario gira sobre el término genio, y no sobre el término hambre; es decir, aunque evidentemente es deseable que nadie muera de hambre, me perturba el hecho, sin menospreciar a ser humano alguno, de que quizá haya auténticos semidioses viviendo en la miseria absoluta. Aunque la única manera de iluminar el talento es con una luz llamada comida, y cierto es que hemos de centrar nuestras fuerzas en procurar bienestar al mayor número de humanos posibles, una vez saciados todos me sigue costando igualar al Sr. Ramanujan con, digamos... un concursante del Gran Hermano...)

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